jueves, 30 de septiembre de 2010

Primer boceto de curriculum vitae





Supón un interminable redoble de tambor, tal es vivir sin red.
Tener por experiencia algo de obrero y trapecista, pero ser esencialmente un técnico de efectos especiales y causas irreversibles.
Estar domiciliado bajo la carpa de un circo, tercera pirámide de libros a la izquierda.
Y admirar cada una de las virtudes persas, salvo la falacia.
A un visionario estos volúmenes podrían parecerle buena mercadería. Quien los examinara de cerca sabría que son mercancía defectuosa, y señalaría sus taras con bolígrafo rojo.
Cada libro está trazado por el hambre.
Lo atraviesan unas minúsculas galerías, excavadas a dentelladas por un insecto de sangre fría y carne aún más débil.
Sentía predilección por el vientre de algunas letras. Saciaba su hambre sin constancia, sin conciencia de estar construyendo una morada. Hoy su casa es un galimatías. Sin embargo, es incapaz de orientarse en ningún otro lugar.
Considera oscura la luz del día y marea en las líneas rectas.
El sostén de su risa (un victoria´s secret) es de la misma talla que el consuelo de su especie: una larga esperanza de vida para una vida exasperantemente corta.
No muda nunca de piel, como esos gusanos aspirantes a mariposa. 
Por su modo de eludir la taxonomía le contamos entre el escarabajo checo y el escarabeo egipcio, un continuo llegar a ser [j·p·r; y·h·w·h] enunciado cada vez en voz más alta, incrédula y litánica.
Se comunica en algunas lenguas vivas pero hace el amor a las muertas.
Padeció la cruz de la sedición, elaboró una teoría de la seducción, no conduce.
Fundó una ciencia de los sueños que los desdibuja y describe.
Le gusta sonar la flauta, los matasuegras y las serpientes.
Cobra por corregir estilos mellados mientras sigue el suyo sin corrección.
Atestigua únicamente escasos segundos de experiencia, rayanos en el delirio.
Carece de títulos y voluntad.
Se presenta en traje de chaqueta y cascabeles.
Es adicto al juego perdido y a la palabra dada.
Se ofrece para cualquier tarea vergonzante por módica cantidad y, con entusiasmo bucanero, por el mero afán de adornar sus solapas.
No adjunta foto, apenas modestia.


Sus señas, al dorso del papel, junto con sus santos.

2 comentarios:

Bruno Mesa dijo...

Inolvidable el boceto.
Demasiado persa, pero redondo.
Un tu descargo diré, si me invitan a otra, que todo es verdad.

Maestro KewoSun dijo...

Buen boceto, lo he entendido a pesar de ser un cartesiano ortodoxo, y también diré que todo es verdad.