miércoles, 8 de diciembre de 2010

8Mi Diciembre 2010: Bajo sentencia

Tras largo tiempo sin saber de mi señor me decido a entrar en su estudio.
Nada me sorprende encontrar su cuerpo, junto a un cuaderno y su botella de ron, desmayado en el suelo. Se crió en una isla de piratas.
Su aspecto es lamentable, como si tres perras hubieran enterrado los huesos de un festín vikingo entre sus ropas y la alfombra. El cuaderno está abierto por la única página manuscrita. Se trata de un breve texto, una colección de máximas, tópicas aunque escritas en sus lenguas matrices; reconozco el sánscrito, el hebreo bíblico, varios dialectos griegos... Un servidor participa de la mayoría de los vicios como un señor y se le traducen inmediatamente:

Conócete a ti mismo
Sólo averiguarás que no sabes nada
Nada es lo que parece
Nada hay nuevo bajo el sol
Todo es vanidad
Todo fluye

Vive oculto
Sé libre


La lista resulta un poema prosaico, casi un sermón en prosa. El único elemento con una vaga sugerencia poética lo aporta la frase tachada con una línea. La tachadura actúa como un barniz sobre la triste hoja pero no impide su lectura.
Habría sido la misma sentencia que yo eliminara, pero su propósito me es oscuro.
Como suele decir mi señor, somos tan listos que logramos engañarnos a nosotros mismos.
Y tan tontos.

2 comentarios:

Maestro KewoSun dijo...

El mayordomo siempre es el primer sospechoso. ¿Dónde estaba usted en esos días... perdidos?

Anónimo dijo...

Buscas una solución? Levantas muros de contención como disculpas?
Por qué te persigue, te sigue, el Sr.Maestro KewoSun?