miércoles, 21 de abril de 2010

Historia Crítica de la Amistad Contenciosa: «PostconTroll»

Hay un tipo de amistad cuyo lujo nos podemos permitir.

La del par adverso, es decir aquél cuya protuberancia abulta un tanto como la nuestra, aunque la inflamen distintas secreciones e infecten diferentes virus.

Alguien tan lleno de sí mismo como lo estamos nosotros de nada y ruido.

>A ver, pequeño borgesito, en tu caso: paja y rimbombancia, que uses el mayestático me resulta hasta ofensivo. A mí no me incluyas en tu volada, en adelante da la cara en primera persona, el estilo ensayístico desde el Yo, ¡toda la vida! [Borrar este comentario]

Esta amistad lleva en juego desde el poema que prefigura el universo y celebra los trabajos de Gilgamesh, El que vio lo más hondo, acuñada en barro que se finge lapislázuli.

Ella y no otra es la materia única sobre la que versan las tablillas de Sin-leqi-unninni, sacerdote, escriba y espantademonios.

Lo que conocemos como epopeya de Gilgamesh lo es de la unión de éste con su némesis, igual que el Quijote también es su Sancho. Sólo juntos pueden hacer frente al camino, hacer capitular a siete rústicas baladas sumerias y obrar, entre otros milagros, el más difícil de todos: la metamorfosis en sabio de un tirano.

Casi la magia que la escritura confía a la lectura.

El primer despertar, podríamos decir sin perturbar el sueño del Buda.

>¿Te das cuenta de que dices la misma parrafada tres veces? Anda y déjate de epítotes homéricos y mística barata. Y otra cuestión, ¿si agarras por el segundo milenio antes de nuestra era, cuánto tardas en cruzarte con el asunto que nos trae? [Borrar comentario].

Su primera encarnación sonroja hasta al primer hombre.
Cuando los dioses insuflaron aliento al barro le dieron el nombre de Enkidu y lo dejaron crecer salvaje, entre bestias. Habían creado un igual para bajarle los humos al gallito de Uruk, "El Corral", pero para expulsarlo de su paraíso hizo falta el empuje de una prostituta.

>Ojo, el polvo con Samkat civiliza a Enkidu porque el fulano era zoofílico, se conoce que catar carne después de tanto rancho… [Borrar comentario].


El combate singular en que se traban el Buen Salvaje y el Invencible Nemrod no arroja un vencedor, les convierte en inseparables.
No será la primera vez que uno reconoce en su contraparte la parte que le falta. Gilgamesh ha encontrado en Enkidu su tab, un tropo caro a cananeos y a vanguardistas: su Doble. Y juntos parten en busca de aventuras.

El tab es el fruto de la amistad contenciosa.

>Y una cola light. [Borrar este comentario]

Uno es el Otro, dice un vasto coro de malditos. La contradicción no deshace la igualdad, la funda.

Se nos revela con mayor exactitud, en boca de Jámblico, por medio de la fórmula pitagórica de la amistad: un amigo es Alter ego (otro yo), la suma de cuanto nos divide nos iguala. Lo ideal es ser tan amigos como el 220 y el 284.

>Ok, listillo: la suma de los divisores de 220 es igual a 284 y viceversa, pero ¿no te parece absurda una lectura ética de los números amigos? [Borrar este comentario]

Esta innovación sigue cobrándose un profundo efecto.

Bruce Wayne no es el Alter Ego de Batman. Ni siquiera Robin. Lo es El Joker enseñándonos sus libidos muslos vestido con el ridículo atuendo de Robin. El archienemigo reconvertido en sidekick.

>Aquí te has retratado, friki. [Borrar este comentario]

Miremos del amigo sus partes alícuotas, nos dice: aquel que en potencia sea un temible rival llamémosle amigo en el acto, celebremos su diferencia (un deber pánico) desde una relectura no-maquiavélica del adagio:
Ten cerca a tu enemigo

>¿Qué partes les miras a tus amigos? [Borrar este comentario]

Sócrates, ocasional agrimensor, habla de la dificultad de que dos semejantes sean amigos y cita los versos de Hesíodo. Su ventrílocuo, Platón, pitagórico converso, fantaseó acerca de un alma escindida en dos cuerpos donde su discípulo antes que refutador, Aristóteles (quien se dice escribió contra la secta), sólo ve dos cuerpos con una sola alma.

Convendremos con Nietzsche en que de cuantas amistades postula el mundo clásico es la epicúrea la que mejor representa la armonía de un mismo arte de desligadura.
Si el término institución es denigrante, adoptemos con Lucrecio y Horacio el de piara.

¿No contemplaba el atomismo de Epicuro un movimiento espontáneo de desviación en los átomos? Dicho clinamen venía a “perfeccionar”, desde la óptica epicúrea, el modelo atómico.

>Claaaaro, yo a los colegas los llamo quarks y nos pegamos los rules por la geometría del espaciotiempo. Fuerte loco, iiiiiiiiiih? [Borrar este comentario]

Una cosa remite siempre a su contraria y cada presencia refiere una ausencia.
Estos enemigos naturales que liman su diferencia en la primera epopeya se refunden constantemente en dos amigos enemistados e irreconciliables (en otra cultura).
Una vez más la biblioteca judeocristiana asimila lo cananeo poniéndole sistemáticamente cara de perro.
Es fama que Luzbel anduvo a la diestra de Yahvé hasta que reclamó el derecho de paridad y éste, por su soberbia, lo apartó de su vera y lo condenó al infernal exilio. Allí mudó incluso de nombre (el cual contenía una partícula divina) y se hizo conocer por el de Adversario a secas.
Para una gran mayoría el Libro del Mundo cuenta la historia de esa sola desavenencia.

>Esto es ilegible, lo entiendes tú solo. [Borrar este comentario].


Sin embargo el enfrentamiento no es la verdadera pérdida de la amistad, la verdadera pérdida es la muerte. Una experiencia transfiguradora.

La musa de La Ilíada cantará la cólera de Aquiles, pero él brama por la muerte de Patroclo.
En la tablilla apócrifa que cierra la epopeya, Enkidu se ofrece para recuperar el juguete extraviado de su amigo. No importa que para ello haya de penetrar en el mismísimo infierno; de hecho quedará definitivamente atrapado por incumplir el protocolo tabú.
Su verdadero fin es el de dar noticia de la muerte a Gilgamesh, que es divino y presuntamente inmortal en proporción de 2/3. Enkidu, su compañero de juego, es el verdadero juguete extraviado, su símbolo, un guiño a los sueños premonitorios que jalonan su historia.

Si la muerte de los padres significa un segundo nacimiento, trance a una vida huérfana y sin guía, la del amigo puede considerarse nuestra primera muerte.

Queda inaugurada la ruta de Dante y Orfeo.
La concepción del amor sensual evolucionará hasta nuestros días apropiándose de los tópicos forjados por esta fructífera comunión entre iguales y su relación de escogido vasallaje.

>¿Y no será que todos (Guilgames, Sócrates, Platón…) eran bujas? [Borrar comentario].

Wilde, en el ring de un litigio según las reglas del marqués de Queensberry, juraba que el amor que no se atreve a decir su nombre era, en verdad, esta amistad.

Una extraña afinidad discordante, que estimula nuestra propia diferencia, una singularidad en expansión, a la vez que nos ilustra en varias otras.
El himno de Whitman canta a este Unomismo y a esta verdadera Democracia y no se contradice, contiene multitudes.

Nos congratulamos de leer las obras que nos contienen junto al universo y nuestras lecturas divergentes cooperan para hacerlas eternas e infinitas.

Yo la descubro mire adonde mire, bajo su prisma toda la historia es la historia de esta amistad y sus dos polos.

Dante y el Cosmos, Shakespeare y la Humanidad, Cervantes y la Literatura.

Poe y sus traductores, Nietzsche y la Filología, Borges y la Biblioteca.

>(Y Cansinos y Macedonio Fernández y Schopenhauer) [Borrar comentario].

Kafka y el hambre, Proust y una magdalena, Joyce y los estómagos y las lenguas.

>Qué cabrón… [Borrar comentario].

Faulkner y punto.

>Puntazo!!! [Borrar comentario]

García Márquez y la pulpa negra del mango sabor tabaco.
Breton y Nadja, Olivera y La Maga, Arturo Belano y Ulises Lima.
>A mis brazos, joputa!!!! [Borrar comentario]

* * *


>Este texto ha sido sustraído del Foro “Panfiloloquia”.

Su título original era Re:Re:La Destitución Panfilológica: Historia Crítica de la Amistad Contenciosa y contiene dos textos (o un texto y su glosa), el primero de los cuales era a su vez respuesta a un texto anterior que se transcribe a continuación:


La Destitución Panfilológica


Mucho se ha escrito acerca de la necesidad de una institución que vele por la amenazada supervivencia de esta nuestra indisciplina pánica. El tema es entre nosotros un lugar común y no ha sido tomado en serio salvo como ejercicio retórico. ¿Quién tras destripar su primera enciclopedia no ensayó disparatar una ristra de falsaciones, encadenar una sarta de juramentos unívocos o exprimir las repercusiones y perplejidades que se infieren de la definición clásica:

la panfilología es la destitución por exceso de toda realidad práctica?

Tan unánime se nos revela el rechazo frente a la idea, ciertamente repugnante, de constituirnos en institución que ninguno pondrá el grito en el cielo si lanzo esta chocante aunque delirante conclusión:

Nos hermana un mismo arte de desligadura
* * *

[Ha sido agregado a la Lista de Correo “Panfiloloquia”]

1 comentario:

colorprimario dijo...

Bueno, querido amigo... ¿o debería decir necesitado contrario? Por fin le veo y le leo. Ahora es cuando puedo comunicarle lo que ya sabía: que escribe ud. demasiado bien para este edulcorado mundo blogeril. Mi consejo es que se deje de batallitas, y se ponga de una vez con sus novelas, que seguro resultarán prodigiosas.

Espero no te dé por borrar mi comentario, el cual, todo sea dicho, no está a la altura de la entrada, pero qué se le va a hacer.


Un abrazo. Y hasta mañana...

D.