miércoles, 7 de abril de 2010

Principio de curso

Para empezar sorprende la inexistencia de un plan de estudios.

Los cursos son interminables y contradictorios. Intentemos disuadir a cualquier entusiasta.


Aquí no se prepara a nadie para el mundo.

Se promueve la desorientación, la fiebre, la deformación.

Se le abandona a uno a su suerte.


Unos pocos conservan el juicio, en secreto, de que existe un rayo de esperanza:

llegar a ser el poco de agua, el abono, la tierra, con suerte la semilla de una frase.

A eso nos reducimos con felicidad.

A los cuidados de una línea inservible e irremplazable.


Discurso de apertura (curso 1977)

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