A colación de una novela de Miguel Ángel Damas.
—Cuando yo lo vi de nuevo, haría tres semanas del sábado famoso que se lió a pegar tiros en la whisquería de Taco. Chiquito loco. Tú conoces al cocainómano de Tamaimo.
—El nota se vino enfilado pamí pa enseñarme el recorte periódico que se hacía eco de su aventura etílica. Lo llevaba doblaíto nuna cartera cuero. Bah la noticia eran dos líneas, había subrayado: Uno de los testigos del suceso aseguró a los agentes que “El tipo era guapo como un actor de serie B”.
—Claro imagínate, una puta estrella. Tama privaísimo; sa pegao toa la noche invitándome a nieve..., (estamos por el Norte, por si ap una raya relámpago).
—Si estábamos de putamadre hasta ahorita mismo, que el nota abre la ventanilla va y me pregunta: «¿Sabes usar una escopeta?».
—Pues le he dicho «Vamos a llamar al Mad a ver qué dice», y estoy hablando contigo.
—¿Tama?, aquí al laito.
—Si la estoy viendo yo.
—Ya.
—Ni que lo digas.
[...]
—¿Mad? —te pregunto.
[...]
—Your credit is about to expire —me responde una voz.