sábado, 12 de junio de 2010

Momentos estelares de la literatura (2)

Su madre ha venido a darle un negrito muy bonito y Lázaro recuerda que, estando el negro de su padrastro trasteando con el chiquillo, como el pibe veía a su madre y a Lázaro tan blancos y a él no, huía de él con miedo para su madre y señalándole con el dedo decía:




—¡Madre, coco!

Respondió él riendo:

—¡Hideputa!

Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí: «¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!».


Genio Anónimo, Vida de lázaro de Tormes (1554)

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